Down Under: Sr. Australia

«Me llena de alegría vivir de y con nuestra marca, al igual que ocurre con muchas otras personas». Si escuchamos al carismático Vincent Prinzing hablar de su trabajo, uno mismo acaba pensando en países lejanos, culturas e incluso un poco en aventuras.

Este hombre de 38 años es desde 2023 director gerente de la filial LIQUI MOLY Australia. Hasta entonces, desplegaba una excelente labor como director del área de Exportación para LIQUI MOLY en el sudeste asiático. Desde hace ya diez años forma parte de la familia LIQUI MOLY worldwide. Como primer becario en la historia de la empresa, empezó desde cero en todos los departamentos, trabajó con mucho empeño, dedicación y «curiosidad», como él mismo afirma, desde aprendiz, pasando por vendedor júnior, hasta llegar a director del área de Exportación y, finalmente, a director gerente de una filial. Esta experiencia la cuida como oro en paño.

«He conocido los más diversos trabajos y copartícipes, ya sea en la carga de contenedores, en la producción o en contabilidad. Para mí es importante conocer todos los procesos y estructuras».

Con su equipo, hoy es el contacto de referencia para hacer negocios en Australia, Nueva Zelanda y parte de Asia Oriental. «Siempre me han interesado las culturas y los países lejanos. Era y soy un trotamundos. Durante mis estudios, pasé los semestres de prácticas en Vietnam e Indonesia. Para mí estaba claro que quería marcharme de Alemania», explica con toda naturalidad Vincent Prinzing.

En LIQUI MOLY, su mentalidad abierta a otras personas y culturas encontró suelo fértil: «Aquí todos pueden ser como quieran. Lo que cuenta es la persona, no el código de vestimenta. A veces puedo ir al trabajo tranquilamente en mi sudadera con capucha y nadie se molesta». Y precisamente estos valores son los que LIQUI MOLY lleva al mundo con sus productos, pero también con todo el equipo de ventas: Amor, respeto, tolerancia. «Desde el primer momento sentí que no se trataba de palabras huecas. Contamos con tantas personas de «tipos» tan variados que probablemente formen, justo por esto, un equipo de eficiencia imbatible. De este modo, ya de salida también tenemos en el equipo una enorme competencia intercultural. Algo que también necesitamos para tener éxito en 150 países de todo el mundo».

La alegría en su quehacer se nota tanto como su motivación intrínseca para impulsar la marca, crear conceptos, generar ingresos. «Hay que involucrarse sobre todo con las personas, hay que ser curioso y tener avidez de aprender. Hay que tener ganas de hacer este trabajo. De lo contrario, no se llega a nada». De hecho, la profesión de Vincent Prinzing como director en el área Exportación era más que un trabajo a tiempo completo. Su nuevo trabajo como director gerente tampoco le deja mucho más tiempo libre. ¿Días libres, fin de semana, acabar a las 16 h? En absoluto. Siempre hay un lugar del mundo donde se está trabajando y, como socio primordial, siempre se nos necesita. «Vivo mi trabajo y no lo siento como si estuviera trabajando. Los clientes se convierten en amigos. Lo hago con mucho gusto».

Sus responsabilidades incluyen, tanto antes como ahora siendo director gerente, el desarrollo de estrategias, la planificación de ventas, el marketing y las medidas de comunicación, así como el cumplimiento de las normativas de importación o los acuerdos con los diferentes países en materia de permisos de importación. «A veces llega a ser bastante laborioso hablar con los ministerios de economía sobre las barreras comerciales.  Por ejemplo, cuando era gestor del área de exportación en Sri Lanka. Allí, los procesos son extremadamente largos y las relaciones interpersonales juegan un papel inconmensurable. Uno como europeo no puede imaginarse esto en absoluto. Por otro lado, también tenemos disputas por las licencias en otros países. Pero estos retos están ahí para resolverlos».

Su licenciatura en Lenguajes Comerciales Asiáticos y Gestión le proporciona el fundamento en sus negociaciones algo que complementado a lo largo de los años con mucha experiencia. Está claro que Vincent Prinzing es un emprendedor que, junto con su equipo, tiene el mercado bajo control.

«Simplemente, se me deja hacer. LIQUI MOLY me ofrece toda la libertad que necesito. Apenas hay especificaciones sobre cómo poner en práctica algo. Eso lo puedo hacer yo mismo. Por supuesto, esto conlleva una gran responsabilidad, pero eso es justamente lo que resulta atractivo e interesante. Puedo hacer realidad mis ideas, implicarme y al final cosechar los frutos para toda la empresa. Porque son muchos los trabajos que dependen de los encargos».

Y la planificación comienza, como él mismo dice, desde lo más pequeño: «Hay socios comerciales completamente nuevos en este negocio. Por ejemplo, en algunos empezamos con tan solo cinco personas. Pero aquí primero tuvimos que sentar las bases. Antes de poder hablar sobre marketing o ventas, tuvimos que hablar, por ejemplo, sobre el almacenamiento adecuado y la seguridad laboral. Hoy en día, la misma empresa cuenta con 25 empleados. Estoy encantado de ver cómo la gente se identifica con nuestra marca, viven de ella y de que la vean como su familia». Y así, cada mercado es diferente, como dice Vincent Prinzing: «Tengo que ocuparme constantemente de los mercados. Cada país necesita un concepto diferente, ya que existen diferentes requisitos. ¿Cómo son las personas, qué vehículos hay en el mercado, cuál es la situación política, qué hacen los competidores, hay limitaciones? El plan F no funciona». Y para ello LIQUI MOLY le ofrece el escenario perfecto.

«Somos una empresa mediana con procesos de toma de decisiones muy cortos. Esto también es especial, por supuesto, ya que en otras empresas es más bien poco probable que se tome directamente una decisión y que se reciban comentarios personales de la «gran dirección». Hoy estoy en la dirección de la empresa e intento gestionar la toma de decisiones breve y rápidamente. Justo eso es lo que nos distingue. Nos tratamos de forma directa, personal, pero justa».

Esto también lo perciben nuestros clientes de todo el mundo, que también perciben nuestra estima. En el mundo del automovilismo, nos hemos convertido en una especie de familia o en amigos de deporte. Nuestra marca une a cientos de miles de personas en todo el mundo. Y «cada uno de nosotros es especial: este es el credo con el que trabajamos.