• 18/06/2020

La responsabilidad social de las empresas

El director gerente de LIQUI MOLY, Ernst Prost, a cerca de la economía más allá de la actividad económica

Queridos compañeros de viaje:

Otro tema candente... Algunos piensan que tienen una empresa para ganar todo el dinero que puedan y se acabó. Da igual cómo, qué y con quién. En una sociedad progresista no irá bien. (Esperemos.) Actitudes y comportamientos así no dan la talla del comerciante honorable y del emprendimiento bien fundamentado, ni tampoco respetan los principios de la economía libre de mercado en modo alguno. Las empresa tienen que cumplir con su responsabilidad comunitaria y social, si no, ¡no valen para nada!

Las marcas son con mucha frecuencia la tarjeta de presentación de las empresas. Las marcas reflejan la manera de pensar de la dirección de la empresa, cómo actúa y cuáles son los principios por los que se rige. Si este espejo de ética, moral, decencia, responsabilidad comunitaria y beneficio social no refleja nada, el cliente pasa de largo y deja en la cuneta a la marca, la empresa y los productos, y da igual lo baratos que sean.

El radio de alcance de una empresa tiene mucho que ver con la confianza, porque no todo lo que importa se puede ver... En estos tiempos de transparencia apoyada en Internet se sigue necesitando todavía confianza, y no solo en las instituciones y en las empresas, sino más que nada en las personas que las forman y que encarnan y dan ejemplo de lo que es la empresa, la marca, la filosofía de la empresa, sus valores y sus principios. Precisamente en tiempos de crisis, las personas miran más allá de la fachada y quieren saber quiénes son las personas detrás de estos servicios y ofertas de productos. Dado el caso, es mejor que no solo se hayan machacado las fórmulas semánticas huecas de un módulo de aprendizaje de marketing, sino que se sienta y se aprecie la marca, se sea fiel a sus principios y que se sea consciente de la responsabilidad. Las personas pueden darse cuenta muy rápido de que el texto que están leyendo lo ha redactado una agencia de publicidad o si, por el contrario, un equipo se ha volcado en cuerpo y alma en él, un equipo comprometido con la esencia de la marca, los valores de la empresa y la responsabilidad social de una compañía.

Me pone enfermo ver cómo algunos directores de empresa pisotean su responsabilidad con la comunidad y la sociedad con tal de ganar unos céntimos más. Despiden a mucha gente, recurren a la jornada reducida, desprecian las normas más básicas, lloriquean y solicitan ayudas estatales, y, a la misma vez, organizan carísimas jornadas para mejorar la imagen de la empresa... Y no hablemos de cómo se reparten suculentos dividendos recurriendo a tretas fiscales al mismo tiempo practican un durísimo dumping social.

La dirección empresarial y la creación de una marca, ambas dignas de confianza, auténticas y sostenibles, deben tener otro aspecto. ¡La economía tiene que servir a las personas y no al revés! Las personas que deben comprar un producto a una empresa esperan de ésta que sea solidaria con la sociedad, sea fiel tanto a individuos como a la comunidad y el Estado, al igual que muestre una gestión económica decente y considerada. Ahora más que nunca. Y en estos tiempos más que nunca, NOSOTROS nos esforzamos por cumplir todos los días esta tarea de ganarnos la confianza que se ha depositado en nosotros y de dar la talla en nuestra responsabilidad con la comunidad y la sociedad.

Su Ernst Prost