• 04/04/2020

Suplemento❤

Redoble de tambor del director gerente Ernst Prost: 500 euros de "complemento por trabajo penoso" como "suplemento" a la "aportación extra ante el coronavirus" ya recibida

Queridos compañeros y compañeras:

el ministerio federal (alemán) de Hacienda ha sido tan amable de permitir a las empresas inyectar liquidez a las finanzas de sus trabajadores y empleados en tiempos del coronavirus. Hasta 1500 euros, ¡libres de impuestos! Esto quiere decir que los 1000 euros brutos que ya les envié con su última nómina, los podremos deducir de la próxima liquidación, con lo que también se le devolverán a usted los impuestos. Esto ya es una noticia muy buena. Y ahora, antes de Semana Santa, fiesta de la resurrección y la paz, dicho de manera coloquial, hago otra apuesta y les envío con la próxima nómina 500 euros más. Y esta vez da igual bruto o neto, ¡yupiii!, gracias al Sr. Scholz (Ministro federal de Finanzas) ... 

No es una aportación extra, ni prima, tampoco una bonificación, se trata de un complemento por trabajo penoso. Sobre todo, para los compañeros y compañeras que no tienen la posibilidad de trabajar desde casa y que siguen yendo a trabajar a la fábrica, al laboratorio y a la expedición. En estos tiempos y bajo estas circunstancias no es nada fácil. Por esa misma razón me alegra quitarles al menos el peso de las preocupaciones económicas. ¡Se lo merecen! ¡Están realizando un trabajo impresionante! Naturalmente, pienso también en nuestros equipos de comerciales de aquellos países donde el movimiento de personas está restringido o hay otras medidas similares en vigor. Cientos de comerciales que, aunque siguen trabajando disciplinadamente desde casa con toda ambición, dándolo todo y luchando al teléfono por cada cliente, tienen que sufrir la caída dramática de las comisiones debido al desplome de pedidos y la cantidad enorme de negocios arruinados. Este es el plan que tenemos en mente: cuando pase la crisis, recuperaremos todo lo que no podemos hacer ahora mismo en ventas, beneficios y comisiones. 

Sigue siendo mi ambición no tener que recurrir al Estado para solicitar la reducción de jornada. Al fin y al cabo, no es ni más ni menos que gastar impuestos recaudados. Preferimos que sean otras empresas, que necesitan con urgencia esta sensata herramienta para salvar empleos, las que recurran a ella. De esas habrá unas cuantas, y no precisamente pocas. Igualmente habrá alguna empresa ladina que ahora aprovechará para que sea el público en general quien se encargue de sufragarle los costes de personal, aunque los motivos reales no estén en la emergencia económica. 

Nosotros seguimos estando en la feliz tesitura de poder mantenernos por cuenta propia. Es lógico que nuestras ganancias vayan desapareciendo como hielo al sol y que tengamos que echar mano a nuestras reservas, creadas con las ganancias en épocas de vacas gordas. Esto es lo que tenemos ahora. Pero no quiero ser de aquellos que privatizan las ganancias, cuando todo va bien, y socializan las pérdidas cuando se tuercen las cosas. Estoy convencido de que de esta forma no solo saldremos medianamente bien parados de esta crisis, ¡sino también de una manera digna y con la cabeza bien alta! Eso me importa también. 

Así que les deseo de nuevo un feliz fin de semana y les saludo con toda gratitud y humildad.

Su

Ernst Prost

Gerente

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