• 19/05/2020

«Plantar cara»

El director gerente de LIQUI MOLY, Ernst Prost, sobre cómo hay que afrontar las cosas en vez de dejarlas pasar

Queridos copartícipes:

En verdad está todo ya complicado de por sí. Ya no hay nada que sea fácil y no traiga problemas. Nuestros negocios y nuestro trabajo se ven obstaculizados cada vez con más trabas burocráticas y regulatorias. Lo único que faltaba es que nosotros mismos nos dediquemos a complicarnos la vida armando la marimorena por cualquier cosa o a abrir frentes secundarios que no nos aportan nada. Lo que espero de nosostros por norma general, no solo durante la crisis del coronavirus, es que nos concentremos en lo importante, en nuestra sociedad, nuestros clientes y nuestra marca, y con ello, en nuestra existencia y supervivencia. ¡Por favor, no se aparte de este camino!

Una estrategia ganadora tiene mayor oportunidad de convertirse en éxito cuando se actúa en consecuencia... De nada sirve el mejor plan cuando se aplica sin convicción. Se necesita pensar Y actuar. Es útil disponer de cierta resistencia, incluso de una cierta tenacidad sana. No rendirse, nunca, ¡aunque aparezcan las dificultades! Y menos entonces. ¡Seguir con el objetivo en mente y luchar! Para ello, a su vez, hay que estar convencido de sus propias ideas y visiones, de sus deberes y su misión. Hay que creer en lo que se hace... y mejor aún, creer en uno mismo. A nosotros nos va bien y, para que siga así, tenemos todos que fajarnos y currar. Tener esperanzas y ponerse a esperar o caer en pura retórica no es para nada suficiente. Tenemos que amortiguar las irrupciones y las transformaciones en nuestro entorno. Agachar la cabeza y confiar en que todo vuelva a ser como antes (o que se arregle solo) es señal de inmadurez. Es mucho mejor analizar sin piedad qué es lo que ocurre (o está mal) y luego optimizar, hacer y actuar en consecuencia. Hay que analizar a fondo los errores y erradicarlos. No se trata nunca de buscar culpables, sino siempre de mejorar.

Nuestro desarrollo económico y empresarial no solo tiene puntos fuertes, sino que alberga también toda clase de debilidades y peligros; ¡precisamente es ahí donde tenemos que trabajar y mejorar! Dejando pasar los problemas no se van a solucionar. Y con la "porquería de siempre" no se va a conseguir nada nuevo. Es que los cambios forman parte de la vida, nos guste o no. Y quien no va con los tiempos, con el tiempo se va... Tenemos una buena mezcla de «viejos zorros» y «jóvenes pollitos». Rutina y agitación. Experiencia y novedad. Me encanta ver esta mezcla en nuestro equipo.

Pero, si nos queremos regalar algo bueno, no hay nada malo en ello, tenemos que hacer primero también aquello que es imprescindible: Conseguir ventas, aumentar beneficios, controlar los gastos y desarrollar conceptos y estrategias con futuro. No debemos olvidar jamás, aunque nos sepulte la burocracia que se nos impone desde fuera o por empeños similares que nacen en nosotros, que nuestra empesa vive si nosotros hacemos nuestro trabajo todos los días con inteligencia y vigor.

Si solo nos ocupamos de los comités económicos, responsables de conformidad, reglamento general de protección de datos y similares y además, se nos ocurren mil otras cosas en qué entretenernos, nos faltará tiempo para trabajar en los productos, con los clientes y proveedores, en los procesos de producción y luchar contra la competencia. Antes de dedicarnos a «ejercicios lúdicos» voluntarios o realizar cualquier «heroicidad», tenemos que recoger la casa lo mejor posible y aquello que no va bien, cambiarlo de raíz para acabar dominando nuestra actividad principal. Eso es ya trabajo suficiente. Eso es lo que nos da relevancia y no el ruido que hacemos con actividades secundarias que no nos dejan avanzar. No somos una multinacional ni un organismo público, ¡somos un equipo potente!

Cuando lea la prensa, se topará (tabién cuando no haya crisis) con titulares como: «Recortes de plantilla para mayores beneficios» o «Pérdidas de puestos de trabajo por reestructuración». Lo que ha ocurrido en realidad es que los cambios les pillaron durmiendo o se congratulándose de éxitos pasados, en vez de estar dando un golpe de timón plantando cara. Todo eso no nos debe pasar, por eso yo digo, "¡resistirse a inicios!" ¡Por favor, no deje de esforzarse ni rendir en tiempos de crisis, pero con más razón aún en tiempos de éxito! Con los músculos tonificados se puede ganar más fácilmente la competición que cuando va uno arrastrando los pies sin ganas. En forma y a prueba de crisis, así nos veo.

Para asegurar el futuro de nuestra empresa, les quiero citar los siguientes pensamientos: Hay cosas de las que sabemos que las sabemos. Y luego hay cosas de las que sabemos que no las sabemos. Y por último hay cosas de las que nisiquiera sabemos que no las sabemos... ¡Sorpresa!

En otras palabras: Solo se ve lo que se conoce. Y no solo es posible, sino que es seguro que hay cosas que no conocemos y que tampoco sabemos. Y entonces, ¿cómo actuamos? Respuesta: Vivir todos los días con los cinco sentidos, concentrarse en lo esencial, hacer el trabajo y dejarse de jueguecitos. Ser modesto y ver lo que es factible. Ver por dónde discurre el camino y reaccionar ante los cambios y no temerlos, sino verlos como oportunidad. Y no cometer el error del burro que se pone a caminar sobre el hielo porque le va demasiado bien...

Su

Ernst Prost